¿Desea conocer el acta de fundación de la Facultad de Medicina Humana? ¿Quisiera leer las cartas que Daniel A. Carrión enviaba a sus padres en las que les narraba cómo le iba en Lima y en San Fernando? Entonces, recorra con nosotros el Museo de Ciencias de la Salud de San Fernando, dependencia de la biblioteca de la
Facultad de Medicina Humana.
Frente a mis ojos tengo un documento original fechado el 21 de mayo de 1884, que no habla mucho sobre medicina, pese a ser escrito o, mejor dicho, firmado por uno de los símbolos de esta especialidad en el Perú: Daniel A. Carrión.
En esta carta, que dirige a su madre Dolores García, el joven Carrión escribe: “Aprovecho de la marcha del Dr. Coz á esa, para dirigirle la presente, con solo el deseo de comunicarle que nosotros quedamos bien”. Al siguiente renglón añade: “El invierno esta con mucha fuerza y gracias á ello la desaparición de la fiebre amarilla, pero en su defecto hay muchas enfermedades y con especialidades tercianas”.
Al leer otras misivas conocí un poco más a este hombre nacido en las alturas de Cerro de Pasco. Y puedo concluir que era bastante sensible, grato y solidario. No debe sorprender, entonces, su espíritu de investigador que lo llevó hasta un desenlace fatal.
Para conocerte mejor
Estas cartas están celosamente guardadas en el Museo de Ciencias de la Salud de San Fernando, un ambiente poco conocido que se encuentra en el segundo piso de esta facultad y en cuyo interior uno encuentra una amplia bibliografía sobre la historia de la medicina del Perú.
“Todo estudiante que desee conocer o realizar algún proyecto de investigación sobre la historia médica peruana tiene que venir a este lugar”, comentó el jefe de la Biblioteca San Fernando, Álvaro Vargas Carbajal. Y razón no le falta. Pues al rato Ruth Guerrero, una de las trabajadoras de esta área, nos trajo el acta de fundación de la Facultad de Medicina Humana. Toda una joya histórica.
Pero hay más. Teníamos entre nuestras manos la tesis “La antigüedad de la sífilis en el Perú”, del maestro Julio C. Tello, que fue aprobada por “aclamación” en 1909. El jurado de entonces recomendó hacer una edición especial de este trabajo que estuvo dedicado a don Ricardo Palma.
Estos son solo tres botones de muestra de lo que posee este museo donde, además, se guardan anales, libros, revistas de los siglos XVI hasta la actualidad. “Y podrían estar mejor conservados siempre y cuando tengamos mejores ambientes y soportes apropiados”, lamentó Ruth Guerrero.
El recorrido concluye, pero las puertas de este museo están abiertas para aquellos que quieran encontrar personajes o estudios de la historia médica peruana que, en un futuro no muy lejano, estarán digitalizados para que el mundo conozca parte de las joyas que se atesoran en la Decana de América.