martes, julio 04, 2006

El arte de la física

En pleno siglo XXI es impensable imaginar un museo o un departamento de arqueología que no reclame los servicios de físicos para el estudio y conservación de obras de arte. La física ha estrechado su relación con el arte y la historia, al punto que esta ciencia se vuelve cada vez más entendible para quienes no vivimos sumergidos en el mundo de los isótopos, propiamente dichos.

La novedad que la Facultad de Física nos presenta, es la adquisición del Espectómetro Mossbauer, gracias a un proyecto impulsado junto con el IPEN, la UNI y el INC, con el apoyo de la OIEA (Organización Internacional de Energía Atómica), el cual, junto con un equipo portátil de fluorescencia de rayos X, serán usados en el marco del proyecto “Aplicación de técnicas nucleares para el estudio y conservación del patrimonio cultural” y para implementar el Diplomado en Arqueometría.

Los esposos Ursel y Fritz Wagner, química y físico de la Universidad Técnica de Munich, del equipo de arqueometría de dicha universidad, llegaron al Perú para instalar el nuevo laboratorio de física, con el medidor del Efecto Mossbauer.

La doctora Ursel trabaja más de 20 años en zonas arqueológicas peruanas, como Sican, Batán Grande y ahora Pachacamac, siempre en estudios arqueométricos, muchas veces al lado de su esposo, amigo de profesores y autoridades de la Facultad de Física. Se encuentran aquí por encargo de la OIEA, para supervisar la implementación de este nuevo laboratorio, al cual ambos científicos le auguran muy buen futuro.

Vamos por partes. La arqueometría efectúa estudios que encuadran los objetos en su contexto arqueológico e histórico. Integran sus actividades el estudio petro-geoquímico de una talla en piedra o una cerámica, el estudio dietario a partir de los materiales óseos de antiguas poblaciones, la determinación de proveniencia de materiales, etc.

El efecto Mossbauer consiste en una radiación emitida por ciertos núcleos atómicos que se caracteriza por una frecuencia excesivamente bien definida. Con los equipos adquiridos se pueden investigar y conocer las propiedades magnéticas y el comportamiento de determinados elementos, como el hierro, manganeso y aluminio, los cuales se utilizan en la industria de la metalurgía.

Mossbauer, físico alemán, de la UTM, obtuvo el Nóbel en 1961, tres años después de su descubrimiento.